lunes, 21 de julio de 2014

Voces del extremo: Poesía y control

Voces del Extremo, Moguer, del 23 al 26 de julio... Andaré por ahí, con voz y sombrilla, ¿se apunta alguien?

http://vocesdelextremopoesia.blogspot.com.es/2014/07/voces-del-extremo-poesia-y-control_16.html



miércoles, 16 de julio de 2014

Poco mundo



Los días en Maia comienzan con mañanas claras que prometen jornadas luminosas y radiantes. Las pocas gentes de Maia se fían del cielo y salen sin paraguas. La lluvia espera a que esas pocas gentes pisen la acera  para arrojarse sobre ellas de pronto y con fuerza, encharcándoles los cerebros que, sin paraguas, se reblandecen. Entonces las gentes de Maia corren mucho para alcanzar cuanto antes la tienda de paraguas. El tendero hace buenas ventas. El tendero tiene un acuerdo con la lluvia. El tendero y la lluvia engañan a la gente que sale a la poca calle y sin ningún paraguas las mañanas claras que prometen jornadas luminosas y radiantes. Las gentes de Maia llegan más temprano al trabajo los días de lluvia, es decir, siempre, porque corren mucho y además nunca se secan. Al ser tan puntuales y sus cerebros tan reblandecidos, los pocos empresarios de Maia se sienten muy satisfechos con ellos. Es obvio que los empresarios de Maia también tienen un acuerdo con la lluvia. Últimamente parece ser que todo el mundo tiene un acuerdo con la lluvia.

domingo, 13 de julio de 2014

Blog en recuperación


Al principio no me sentía con ánimos para continuar el blog. Después sí, pero me daba pereza retomarlo. Hice algunos cambios, puse unas tizas por ahí, pero no terminaba de motivarme. Por otro lado, está el asunto Blogger: desde hace un año o así, no me deja acceder con normalidad, sino que tengo que entrar a través de mi perfil, y después entrar por el icono de Blogger. Pensé en llevarme el blog a Wordpress, pero no me convence del todo. Llegó julio y me dije... ¿y ahora voy a retomarlo, si en verano no hay ni un alma por ningún sitio de interior (los blogs lo son)? Pues sí. O al menos me lo estoy proponiendo. No como algo que me exija la dedicación que no puedo darle, pero sí como ese balcón al que necesito asomarme a veces, y ver en verde. Se trata de respirar, más o menos lo de siempre.