La rabia del centauro se mide en coces.
Háblale, si se enfada, en voz baja;
háblale en francés.
Querrías pedirle, y no lo haces,
que te acompañara al pueblo de al lado
para comprar cosas rotas que se puedan arreglar.
Mañana se habrá ido con un rayo en la boca
a relincharle al tiempo, y quizá no te recuerde
y a ti te dé rabia.
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