Ahí
va el caminante,
borrando
el suelo con pasos de goma,
estampando
su olor de letras mayúsculas
en
las paredes que de tanto escuchar son ruinas.
Sonríe
bajo una mueca
clavada
con alfileres / como las mariposas,
clavada
con secretos / como los alfileres,
clavada
con mariposas / como los secretos.
Dice
adiós con la sonrisa en la nuca.
Ahí
va,
engomando
el suelo que se borra
como
las ruinas que de tanto estamparse
hoy
son minúsculas y sordas.
Siempre
hacia adelante,
hacia
adelante,
hacia...
sin
poder detenerse a contemplar
la
mueca de un atrás o un pasado
clavado
con alfileres secretos,
borrado
bajo sus pasos de mariposa.
Me tienes muy mal acostumbrada... ¿Será posible que no dejes de crecer nunca? Bravo. ¡Bravísimo!
ResponderEliminarClavado dejo mi comentario, dando vueltas alrededor de tus juegos de palabras.
ResponderEliminarSALUDos
¿Os imagináis un camino que se va borrando conforme lo vas recorriendo? Hay un camino por persona, si andas por uno y no se borra es el tuyo.
ResponderEliminarGracias, Nuria y Luis, por pasaros y dejarme vuestras imborrables y cálidas palabras.
Pues este poema, como todos los de Elena, es hermoso. Félix Maraña
ResponderEliminarEl anónimo, evidentemente, soy yo: Félix Maraña. Hoy Elena recibe el premio de Poesía Luis López Anglada en Burgohondo, de Ávila, y quiero darle la enhorabuena, porque, a pesar de los premios, Elena sigue en el camino de la poesía, y sé que nada le distraerá en su andadura.
ResponderEliminar¡¡Félix, hola!! Gracias por tu visita y por tus palabras. Sí, seguimos en el camino y sí, seguimos andando. Voy a poner algo del premio ahora. ¡Abrazo!
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