Mi
equipaje de mano
son
mis dedos,
mis
armas de querer,
mis
herramientas para despejar brumas.
El
detector me acusa
de
llevar objetos metálicos.
Viajo
con un euro, una llave,
una
horquilla: todo suena.
Los
rayos equis muestran cómo,
en
mi desnudez,
habita
un animal exótico
muriéndose
de algo.
No
puedo subir. Tengo,
dicen,
que quedarme en tierra.
Partirá
la nube sin mí.
Esperaré
a la próxima.
Es lo que tiene viajar en nube
ResponderEliminarlo miran todo
hasta el aliens que llevas dentro, jijiji
Bromas aparte
estupendo poema
con una gran eficacia
en eso que nos quieres hacer sentir.
Un beso.
Besos, Cielo, el alien se ha quedado haciendo autostop por los cirros. Gracias!
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