En fin, mi sentido común
es tan respetable como cualquier
flor de loto
y aunque reconozco que en mi
intimidad
me gusta hablar y comportarme
como la rueda de repuesto de una
camioneta
blanca,
mi sentido común es un buen
compañero,
responsable, eficaz, un magnifico
trabajador
cuyo inconveniente, no sé, podría
ser
que suele presentarse en los lugares
silenciosos
con muletas
y provoca, primero irritación,
y después lástima.
¿Has probado a comprarle una silla de ruedas a motor? Puede que le sea útil, los sentidos comunes tienen ese tipo de incongruencias. En todo caso, siempre te queda el recurso de comprar otro, ahora van a estar de rebajas.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Estoy esperando a las segundas rebajas, Amando, en el fondo me da pena desprenderme de él. ¡Un abrazo!
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