En
verano, los días de mucho calor, el cuartel de bomberos se llena de carreras y
cascos volando, y botas volando, y filetes de pechuga de pollo volando. La
gente enciende pequeños fuegos aposta, o arroja por las ventanillas de sus
coches rayos de sol encendidos, o cocina sus ropas a barlovento, provocando
humaredas preocupantes. No son pirómanos; lo hacen para que el cuartel de
bomberos vomite una cuadrilla de individuos que, en línea recta, apunten con
sus mangueras hacia todo lo que se mueva, incluido el clima, refrescando el
ambiente. En invierno llueve mucho y no hay incendios posibles porque está todo
mojado. Entonces los verdaderos pirómanos suben gatos a los árboles.
De "Ciudad girándose" (próximamente en Baile del sol)
De "Ciudad girándose" (próximamente en Baile del sol)
Qué bien!! Ya tengo un espacio preparado para el libro. Deseando adquirirlo. Un abrazo.
ResponderEliminarFantástico, ¡¡¡mis retoños van a terminar comiéndose tus estanterías o al revés!!! Muchos abrazos, José Antonio.
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