En la peluquería se puede esperar escuchando música popular siamesa. Porque es muy importante mantener un ambiente relajante, las peluqueras visten camisón y alpargatas. Está científicamente comprobado que si las personas no tienen el corte de pelo adecuado, pueden comportarse como si fueran otras personas, y es que a veces el carácter merma con unas tijeras o se revoluciona con el difusor. En la peluquería se puede uno injertar pelo de león o pelo de sardina. Mujeres con rulos se quedan dormidas en los espejos.
por fuera y por dentro, a domar las cabezas.
ResponderEliminarabrazo y enhorabuenísima por el Iparragirre, Elena.
Hola, S., me daré una vuelta por tu blog. En estos momentos lo estoy sobrevolando ya.
ResponderEliminarAntero, gracias. No te voy a negar que estoy muy contenta :)
Hola Elena:
ResponderEliminarMe ha encantado este poema o texto de prosa poética. Me parece muy certero. Justo en su ironía. Buenísimo.
Vengo del blog de poesía y vídeos de Luisa Pastor (Auralaria). Allí he visto tu perfil y me he decidido a visitar tu espacio.
Abrazos
Ana
Ana, gracias mil por tu comentario. Auralaria es muy grande, como mi admiración por lo que hacen.
ResponderEliminarUn abrazo y bienvenida.