El pasado sábado estuve recogiendo en Burgohondo (Ávila) el VIII Premio de poesía Luis López Anglada. Conocí la calidez de sus gentes y de sus paisajes, y las maravillosas patatas revolconas.
El enlace de la reseña que aparece en el Diario de Ávila es éste
El poemario con el que lo he ganado es "La arruguería más cercana", del que procede este poema:
EL
HOMBRE DEL ALEGRE RÉQUIEM
Entró en la tienda
y la campanita de la puerta
sonó como un alegre réquiem.
Era un hombre de unos
cincuenta o cien años.
Me saludó y pidió
arrugas para sus manos,
que se desintegraban.
Pidió arrugas para su frente
mientras se le borraba.
Yo lloré tantísimo y más.
Quería mostrarle las últimas
arrugas
que había recibido
pero como eran las últimas
aún no habían llegado.
No es la primera vez que viene.
Pero nunca le reconozco
hasta que se va.