Los pájaros pequeños no andan, saltan. Las hormigas grandes parecen no tocar el suelo. De las avispas, mejor no hablamos. De los peces, siempre. Sólo nosotros nos empeñamos en andar. Debería ser gratificante eso de poder sentir cada milímetro avanzado, pero nos cansamos. Llega un momento en que te sientas en una parada sólo para ver autobuses; es una ilusión: de esa manera el movimiento está enfrente, no dentro. A partir de mañana, he decidido salir a la calle dando saltos. Sé que me cansaré el doble. Pero peor es reptar.
Quizá te canses, pero en uno de esos saltos volarás. Cuántas verdades, Elena. Me encanta :)
ResponderEliminarMás escéptico, yo he optado por ir en silla de ruedas. Provoca un solidaridad impostada, como de supermercado, pero -a diferencia de tu elección- no me canso nada.
ResponderEliminarSalud-itos
Muy original, Elena. Yo también quiero saltar, y en uno de esos saltos ponerle alas a mis pies y entonces..., volar y volar.
ResponderEliminarSaludos.
Entre salto y salto, os mando tres abrazos. Muchas gracias por leerme y por estar ahí. Ando liada pero contenta.
ResponderEliminar╔═══╗♪
ResponderEliminar║███║♫
║ (●) ♫
╚═══╝♪♪
┊┊★┊★┊┊┊☆☆┊·Feliz fin de semana·┊☆☆┊┊┊★┊★┊┊
Gracias, Maribel. Feliz semana!
ResponderEliminar