Voy
andando a todas partes aunque no sé por dónde. Yo tengo una familia en algún
lugar, pero en mi calle no hay buzones. Los remordimientos se manifiestan a
martillazos. Mi espalda me margina. Tengo un buen trabajo del que terminarán
despidiéndome, puesto que llevo exactamente ciento dieciséis años sin ir; aún
me echan de menos. Todo a mi alrededor es oscuro y confuso. Necesitaba algo de claridad y
he salido a por tabaco. A darme una vuelta. A volverme del revés.
Pues de dentro a afuera se te ve de maravilla, Elena. Buen color y bonitas alas.
ResponderEliminarEso es porque tú me miras con buenas pestañas :)
EliminarNo eres sincera, no lo cuentas todo. Te he visto en la calle y, para volver a la nada, has cogido un taxi. Será que querías llegar antes. (Por cierto, me ha parecido reconocer en ese deambular alguien que conozco, pero que había olvidado). Excelente.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
No era un taxi, era una ambulancia :)
ResponderEliminarUn abrazo, Amando.