miércoles, 22 de octubre de 2014

Por encima del hombro



Tenía los hombros elevados como montañas. Los brazos, senderos flojos cayendo en pendiente, se balanceaban cuando caminaba deprisa o hacía viento. Tan cerca le quedaban los hombros de las mejillas que mordían; los hombros; por aproximación a la mandíbula. Un día de mayo –el cuarenta, para ser más exactos– se quitó el abrigo, revelando su secreto mejor guardado: llevaba hombreras. Sin ellas, sus hombros eran dos huesos descalcificados, pero no los sentía como tales. Los sentía como dos montañas poderosas que vestía con fundas elevadas. En medio, el cerebro constituía la cumbre más alta, la tercera montaña, un fenómeno natural, la máxima propensión al derrumbe.

De A propósito de los cuerpos

viernes, 10 de octubre de 2014

Destrucción de algunos tópicos sobre el espacio





Donde come uno, comen dos.
Frente a un cartel de aforo lleno
es factible levantar las manos
y simular pájaros en vuelo.
El pez no entiende
de peceras ni de límites.
Las constelaciones son útiles
para orientar a los demás, pero
ellas tampoco saben dónde están.



De Destrucción de algunos tópicos sobre lo incierto

jueves, 2 de octubre de 2014

Aviso para palomas navegantes

Los geranios de mi madre tienen códigos de barras y semáforos de dos luces