Dicen que la gente joven no se preocupa por las cosas, pero en la madurez afectan menos todavía. En la vejez el desinterés se vuelve crónico. Sólo en la infancia importan las cosas y se les adjudica su verdadera magia. Pero entonces llega el tiempo y lo jode todo.
TAl cual!!!
ResponderEliminarHola, Sandra. Muchísimas gracias por dejarme tus comentarios, así me abrigas el blog :)
ResponderEliminarEs un placer Elena!
Eliminar:)
Buuuff...!!! Me ha encantado chica. Directo a las entrañas. Bravo.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado :) ¡Gracias!
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