Empezaron
las campanas
(yo
las señalo con el dedo
aunque
ahora finjan inocencia).
Sonaban
todas a la vez
y
un moscardón zumbaba por toda la casa
y
mi vecino batería ejercía como tal, recién despierto,
y
se me caían al suelo los platos,
las
monedas, las canicas, los gritos,
rotando
sobre el eje del ruido,
y
para rematar el estruendo
le
di un gran bocado a una hormiga
y
me indigné, me volví loca:
lo
supe cuando me supe
ladrándoles
a las mariposas
de
forma que cuando todo cesó
yo
no paraba, y dicen que decía
por
qué, por qué, por qué.
De Zaquizamí
No hay comentarios:
Publicar un comentario