sábado, 23 de noviembre de 2024

Femenino singular

 

Nacer con catorce años en el seno de un sujetador,
tocarse el ombligo en cualquier parte del cuerpo,
confundir la risa con el llanto para siempre.
Vivir a los veintitrés con la boca abierta,
arrullar altares, ilustrar el horizonte.
Crecer a los treinta y cinco,
olvidar el juego del escondite,
el de la comba, olvidar casi todos los juegos.
Estancarse a los cuarenta, descubrir los
sueños incumplidos en un estropajo escurrido,
negar tres veces a Disney y las que hagan falta.
Reinventarse a partir de las flores a los cincuenta y uno.
Autoabastecerse de alrededores sin caer en la sordidez
y definirse indefinible a los sesenta y dos;
no encontrar nada nuevo que perder,
sentirse el corazón y el alma llenos y pesar poco.
Resucitar a los setenta y no tener dientes para morder la paz.
Dormirse a los ochenta y cuatro en el autobús,
aprender a convivir con la hermosura,
a hacer maletas que se puedan cerrar.
Soñar a los noventa, estando viva o no,
dar de comer a los gatos caricias seculares.
Morir a los dos años pareciendo una muñeca.

martes, 19 de noviembre de 2024

Víctor Almeda dice

Licenciado en Geografía e Historia y experto en Bibliotecas Universitarias por la Universidad de Córdoba, Víctor Almeda ha publicado los libros de Historia “Los años ocultos”, “Los años sin medida” y “Campo de concentración”. En poesía ha publicado “Los empleos militares” y “La oscuridad del otro”. Ha expuesto collages y fotografías, ha participado en exposiciones colectivas en Puente Genil y en la Fundación Botí de Córdoba, y ha diseñado carteles para el Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil, así como para el Premio Internacional de Poesía Juan Rejano.

En los cuadros de Víctor Almeda el gris puede ser lo más claro y lo más oscuro. No hay un blanco exacto, y el negro no lo es del todo. Hasta cuando Almeda retrata en sus obras a la soledad de un personaje único y no central, no es cierto: hay algo que acompaña al protagonista: la luz y la tormenta –una luz de otra época casi soñada; una tormenta independiente–. Su obra, expuesta angularmente en libros y cuadros, es esférica. El punto en el que comienza nunca es el mismo que con el que termina, pero cierta ilusión óptica hace pensar que sí, que es el mismo. Sobre su última exposición, “La imagen no es lo real”, el artista se debate entre la razón y lo invisible, compartiendo fotografías de su colección, en este caso en color. A través de estas imágenes invierte el orden de lo posible hasta el punto de hacer cuestionarse a quien las observa a qué lado de la imagen se encuentra y a qué lado se quiere encontrar.
 
¡Víctor! –le grito desde el barco que me acabo de inventar. He venido con tiempo y aun así he llegado tarde porque, llegara cuando llegara, estaría a punto de zarpar–. Víctor me hace una señal desde arriba, en el puente desde el que asiste a la ida y venida de las embarcaciones. Me ha escuchado.

ER: Víctor, si pudieras vivir en un cuadro, tuyo o ajeno, ¿a cuál te mudarías y por qué motivo?
VA: Vivir dentro de un cuadro sería como vivir en un planeta cercano, tentador y oscuro. Sería vivir lejos de la perdurable idiotez de los hombres. Qué extraño que no exista esa posibilidad, ¿verdad? Aun así, creo que me hubiera gustado habitar en el espacio de algún cuadro fragmentario e inconcluso. Habitar en el interior de su leve envoltura, porque esa, y no otra, debe de ser la región del hechizo visible para todos. Claro que tampoco estaría mal poder vivir dentro de "El origen del mundo”, que para mí siempre ha representado la región central del fuego y, además, con su belleza plena y exactamente revelada. Es decir, vivir frente a la perdición del pecado. Por cierto, ese cuadro fue propiedad de Lacan muchos años.
 
ER: Siento una envidia profundamente sana hacia aquellos que podéis responder a un impulso artístico mediante varias disciplinas. En tu caso conjugas indistintamente la palabra y la imagen; en tu caso a menudo son lo mismo. La inspiración se presenta en tu puente sin llamar –claro está–, pero… ¿trae una etiqueta avisando en qué quiere ser transformada (en un poema, en un cuento a media voz, en una imagen cuyo brillo serena)? ¿O eres tú el que decide de qué manera va a ser desarrollada?
VA: Uno no decide nunca, uno se quita de en medio. Si yo intervengo, todo se estropea. La idea de creación personal no me interesa, eso sólo sirve para mantener el importante tráfico de Derechos de Autor. De ahí que el Nombre Propio sea siempre un estorbo para que pueda hacerse, o contarse algo, que valga la pena. Por otro lado, nada que esté pensado puede ser perfecto, de ahí que haya que dejar que las cosas dancen por su cuenta y a su ritmo. Sin olvidar, y esto es importante, que el ritmo no supone movimiento: supone cambio.
También, que haya un arte sin finalidad alguna me parece algo fundamental, ¿cómo, si no, subsistiría este mundo? Además, hay que hacerlo sin miedo, porque el miedo nos vuelve miserables y prepotentes al mismo tiempo.
 
ER: Desfilan con frecuencia por tus obras personajes que, al estar desnudos, es como si dejaran de ser invisibles. ¡Víctor! –grito, porque el barco ha comenzado a moverse–. ¡No sé si estoy en lo cierto!
VA: Supongo que al señalar a los seres invisibles –que son palabras ocultas dentro de mis obras–- te refieres a la parte mágica del arte. Y es verdad que me interesa el valor mágico del arte, su capacidad de remover a fondo a la Gracia aliada con la Gracia. Dice Píndaro "encantemos pues las cosas con las palabras”. ¿Por qué no? Hay que intentarlo. Por eso, mi trabajo oscuro es la poesía y el mundo de las esferas, grande por infinitos lados.
 
ER: “España es el país donde menos arte se compra”, afirmabas en la inauguración de tu última exposición. ¿Tienes esperanzas de que esto cambie o seguirán los visitantes de las exposiciones contemplando las piezas que las componen como quien va a un museo en lugar de como posible adquisición?

Esta última pregunta se la lanzo corriendo mientras el barco comienza, poco a poco, a zarpar. Víctor, con la mirada de quien ya sólo piensa en el otro lado, contesta:

VA: Soy consciente de que hoy día el mercado del arte es ridículamente nocivo; está en manos de curadores, de algunas galerías verdaderamente influyentes y de grandes coleccionistas que imponen modas y precios. Ya sabemos que con esta gente no va a pasar nada del otro mundo, pero yo estoy deseando que pase algo del otro mundo. De manera que cuanto antes nos demos cuenta de lo ambiguo y peligroso que es este juego, pues mejor. Afortunadamente el arte sigue siendo un monstruo que lanza preguntas sin respuestas.
 
 
El barco, finalmente, sale, pero se mueve en la nada porque el agua se queda detrás de Víctor, como una cascada que impide la soledad y el silencio. Es evidente que hoy también ha desayunado contemplando un grabado de Rembrandt del siglo XVII. Es lo que pasa cuando parece que llueve desde la nada.
 



La oscuridad del otro


domingo, 17 de noviembre de 2024

Once y Juana

 


Once ediciones del Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil. Once ediciones y Juana Castro. Once, el surrealismo. Once y la traducción.  Guillermo Busutil proyectando su voz frente a un colador y ladeando su sonrisa colgada del cuello. Mª Ángeles Hermosilla, Sigfrid Monleón, Eva María Martínez Moreno y Víctor Almeda hablando sobre la ruptura de las corrientes tradicionales, de la negación del automatismo, del surrealismo como revolución, de lo poético como su cuna y lo visual como su terremoto plasmado. Un cadáver exquisito sujetado por las jóvenes manos de los alumnos de Bellas Artes del IES Manuel Reina. Estefanía Cabello, Concha García, Ángeles Mora, Marisa Calero: cuatro mujeres subiendo poemas de Juana a los ángulos justos de un teatro. Y hay más, muchas más voces adheridas a la poesía de Juana Castro (Club de lectura “Mujeres pontanas” y los IES Manuel Reina y Andrés Bojollo). Tres mujeres (Escuela de danza “La triangular”) en el escenario girando y contorsionándose a su alrededor demostrando la importancia del abrazo y la levedad de las plumas suaves y convulsas y en vilo. La sencillez de Juana Castro levantándose de la silla y abandonando el centro del escenario para darle a la danza el protagonismo. Mientras, el niño Ruven y su fagot. Mientras, Alicia Baena y su piano. Mª Jesús Cortés cantando a Juana y sacándola a bailar. Mientras, Daniel Tejero Navas y su trazo certero hecho cuadro. Dos exposiciones: una de tres (Francisco José Sánchez Montalbán, Rafael Peralbo Cano y Jesús Montoya Herrera) –Drama en cuadros. Convergencias plásticas en torno al surrealismo lorquiano– y una de uno y de muchos (Víctor Almeda –La imagen no es lo real–). Balbina Prior, Natalia Carbajosa debatiendo sobre traducción en una mesa moderada por Concha García.: la traducción, indudablemente es un placer, un “acto de amor”. Un salpicón de poemas surrealistas con las voces de Mª Ángeles Hermosilla, Eva María Martínez Moreno, Juan de Dios García, Elena Román, Ángel Manuel Gómez Espada y Gema Albornoz. Finalmente, antes de todo esto, la proyección de “Miles In Bello, Juan Bernier en la guerra de los españoles”, guionizado y dirigido por Rafael Bernier y Juan Antonio Bernier. Como principio-alimento-causalidad la pasión, el amor por el arte, Antonio Roa o el viento anunciando árboles.




 


lunes, 7 de octubre de 2024

El nido


¿Dónde está el nombre de la calle? 

Arriba.




(No, más arriba)


martes, 17 de septiembre de 2024

VI Premio Internacional de poesía Juan Rejano

 

Aquí llega por fin la convocatoria del Premio Juan Rejano de Puente Genil. Nuevamente Pre-textos es la encargada de la edición del libro. Nuevamente Víctor Almeda es el encargado del diseño del cartel. Los originales se pueden presentar hasta el 17 de noviembre. Las bases completas podéis leerlas en VI Premio Juan Rejano.




viernes, 13 de septiembre de 2024

Sí, ¿diga?

 
Buenos días,
le llamo para ofrecerle una conexión segura a Internet
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que sólo se puede aprovechar hoy.
Mi nombre es Petra Fernández, así como
Petra Fernández se llamará la teleoperadora
que le llamará mañana ofreciéndole
una conexión segura a Internet
a través de una oferta irresistible
que sólo se podrá aprovechar mañana.
No es necesario que me diga su nombre
porque Petra Fernández lo sabe todo
y, contrate o no nuestros servicios,
lo seguirá sabiendo todo acerca de usted
y de sus seres queridos.

  

martes, 18 de junio de 2024

domingo, 16 de junio de 2024

Partamos del blanco

El blanco se puede adaptar al poema (y a la inversa), así como se adapta fácilmente a un tiesto en prosa. Blancas son las gotas del jazmín, blanca la víspera de las mariposas y blanca la nieve que no existe. Blanco es el oxígeno que falta cuando un padre se muere, pasa el tiempo y el padre se sigue muriendo. Extremadamente blancas son las piernas de los sonámbulos. Tienen cuatro.

sábado, 25 de mayo de 2024

Hipermetropía

 

Mi padre, cuando volvíamos los domingos

de comprar lluvia y recortables,

me refiero a

cuando yo era pequeña de edad

y enorme de estatura,

por aquel entonces,

mi padre los domingos

movía la cabeza y me decía:

niña, no empequeñezcas nunca,

y yo le dejaba saltar

desde la palma de mi mano.


De "Será genealogía" (La isla de Siltolá, 2012)

viernes, 12 de abril de 2024

Cómo, sin viento

 


Cierra la puerta:

que no entren,

que no salga.

¿Cómo se ha abierto la puerta

por el lado contrario?,

¿cómo, de madrugada?

¡Que no entren los tiempos!

¡Que no salga mi padre!



domingo, 31 de marzo de 2024

Exilio (Mª Victoria Atencia)

 

Encontrado hoy este poema de Mª Victoria Atencia (o encontrada yo).




jueves, 21 de marzo de 2024

Manos grandes

 

Hay un lugar en lo que miramos,

que es el lugar donde el frío

agranda las manos de los hombres

que desayunan hielo.

Ellos quieren componer muebles.

Las mujeres inventaron la llave

que ellos no pueden utilizar:

es una llave pequeña,

son unas manos grandes.

Ellos así no saben vivir,

sin sentir suya la madera.

En vez de hacer más grande la llave,

quieren morirse, pero

no abriendo un bote de pastillas,

no anudando la soga:

sus manos no atinan 

con una muerte minúscula.

Ellos necesitan para matarse

una pistola de balas inmensas,

un sentarse frente al último amanecer,

un martillo para romperlo y romperse.


miércoles, 13 de marzo de 2024

Misión: imposible

 

Alicia Es. Martínez le pone voz al poema "Misión: imposible" de mis "No (tan) ángeles" (La cartonera del escorpión azul, 2023). 


¿Dónde podéis oírlo y ver el vídeo elaborado al respecto? Pues aquí.


Gracias a Olga RT por su infatigable labor de propagación absoluta de la poesía de mujeres.



sábado, 9 de marzo de 2024

Toy (Thomas Feiner)

 

Banda sonora escrita de un domingo. Perdón, sábado, pero como llueve, parece otro sitio


Toy


(y recupero la música)

jueves, 7 de marzo de 2024

Las provincias de Benet o vivir en un Chagall, de Elías Gorostiaga

 





      Hay poemarios que son manojos de llaves, o son sólo sombras de poemarios, o son el césped de madrugada, o son poemarios del traslado, y hay poemarios que son pócimas que funcionan, porque son el puerto y el cementerio, y es que son poemarios sorprendentes, atípicos, entusiasmadores ya desde su título, como es el caso de Las provincias de Benet o vivir en un Chagall (V Premio Internacional de poesía Juan Rejano-Puente Genil, edit. Pre-textos, 2023), de Elías Gorostiaga. Es, por tratar de analizar el libro desde dentro de un reloj, un poemario actual a la vez que sin tiempo. 

      Por una inmensa mayoría de las páginas de Las provincias de Benet o vivir en un Chagall desfila lo animal cuando es ganado (es decir, cuando los animales son mansos y alimentan a quienes los alimentan), pero si alguien piensa que el ganado es un conjunto de bestias tranquilas, es porque no conoce sus sueños. En un continuo entremezclarse de personajes de diferentes épocas que mantienen con Juan Benet conversaciones imposibles que lo hubieran cambiado todo, recibimos estos versos fluidos, dolientes, turbadores, puntales de la primera parte del libro. En ella se nos muestra la casa, la familia, la velocidad; los otros tiempos, tan otros como estos; el desgarro social: el turismo masificado, la delincuencia, el rap, Hospitalet y otras localidades catalanas (¿o habitaciones?), las clases sociales, la inmigración; y Benet, paseándose tranquilo por un Madrid quién sabe si en otoño. A través de un uso prodigioso de imágenes, la mirada de Gorostiaga se desafía a sí misma como un espejo que transforma lo insignificante en metales pesados (“Alaridos de cobre”, “Una mosca sin padre”, “Las bolsas de plástico, con la voz desgarrada /flotan, como medusas, entre árboles de acacia”, “Torturar y comer lentas cien fresas”). Se divisa aquí a alguien en el Casino, alguien en el Hesperia Tower, alguien en el tejado divisando desde arriba el final del camino: la nada. 

      En la segunda parte se produce un cambio significativo en el estilo y en la longitud de los textos. Nos aguardan poemas brevísimos entrelazados los unos con los otros (el final de un poema –o una aproximación, o una palabra– es el comienzo del siguiente), poemas ágiles que van pasándose la antorcha que nos ilumina hasta el final del libro, de modo que en ningún momento reina la oscuridad ni la quietud. Se vale aquí Gorostiaga de versos concentrados y dolientes (“Te acercas mordido”). Si eran los rebaños (aunque también los ingleses y los gitanos) los que poblaban las páginas de la primera parte, aquí es el agua uno de los elementos predominantes: la noria, la fuente, los pozos, los patos. Destellos feraces como “Es azul como un adjetivo antiguo”, o “Nadie oye las nubes ni llegar a los búhos”, nos hacen responder esa pregunta que pudiera habernos acompañado en la lectura de estos poemas teniendo presente el título del libro: mientras que Benet aparece en la primera parte, ¿dónde está Blanca Andreu en la segunda? ¿O es que cuando desapareció del mundo literario lo hizo también de los sitios de papel? Nada más lejos de la realidad. Claro que Blanca Andreu está presente en esta segunda parte: el onirismo, lo irracional, lo premonitorio, la melancolía, la emoción… cristales pequeños que configuran su absoluta presencia. 

      Un apunte final: si acaso pudiera pensarse que Elías Gorostiaga rompe la barrera del tiempo en la página 32

          (“El abismo flota como una camisa. 

          Hinchada, cae a plomo en un instante. 

          Ya”.)

                                          no es una sospecha, ha ocurrido.


domingo, 25 de febrero de 2024

Hotel con vistas al trance

 

En la calle de detrás del ruido

se encuentra el hotel con vistas al trance.

El recepcionista es un niño monosilábico

que sabe callarse perfectamente en francés

y que cambia a diario los números de las puertas

(por eso no es posible pasar 

más de dos noches en la misma habitación).  

Un domador se encarga de alimentar a la alfombra:

con una mano le arroja cubetas de pasos crudos 

y con la otra empuña un látigo para mantenerla a raya.

Son ya clásicos detalles tan estúpidos como

laúdes y diales muertos a la hora del lunch,

flores de tela sordomuda en el hall

y los célebres jabones de cloroformo de 10 kilos,

cuyo fin es fortalecer los bíceps de los huéspedes 

que se lavan la cara, manchada de sueños, 

antes de dormirse de nuevo.

Se sabe de ellos a veces, cuando 

salen al balcón a desperezar sus voces, 

a dejarse golpear por la acústica del extrarradio. 

Y es hermoso verles convivir sin asomo de crueldad, 

o quizá la haya, pero qué más da, no siendo expresa.


lunes, 19 de febrero de 2024

El signo en tu frente II

La segunda edición del seminario de escrituras contemporáneas "El signo en tu frente" se celebrará los días 20 y 21 de febrero. Tengo la buena fortuna de haber sido invitada a participar online el miércoles 21 a las 19:00 horas de aquí (12:00 en México). Quien quiera seguirlo puede hacerlo en directo en redes a través de la página de Difusión cultural del Claustro.




sábado, 17 de febrero de 2024

Un ático en la mesa




Que tu ojo izquierdo vea

distinto

lo que ve tu ojo derecho.



domingo, 11 de febrero de 2024

Orden inverso (Eva Hidalgo)

Eva Hidalgo no es Penélope, es Ulises. Esté donde esté acaba de llegar, o así se siente. Eva Hidalgo es Robinson Crusoe, no es la isla. Asociar a Eva Hidalgo con estos dos hombres no es ni mucho menos masculinizarla, es embarcarla en el mar donde no existen los géneros sino la supervivencia. Pero si hablamos de mujeres afines, Eva es María Zambrano, quien escribió desde el asombro.  Y es Marie Curie. Y es María La Judía. Eva es todas las Marías experimentando. Eva tiene esa forma de poetizar como si lo hiciera desde cierta penumbra (que no oscuridad), como si escuchara en su interior una voz dictadora no en el sentido político sino etimológico: dictador es quien dicta (la voz interior de Eva) a quien transcribe lo dictado (Eva), porque a Eva nadie le dicta salvo ella misma. Enigmática, misteriosa, curiosa, inquieta, sabia… Eva Hidalgo arroja unas cuantas verdades sobre la mesa al tiempo que saca la lengua. Eso en cuanto a Eva.




En cuanto a “Orden inverso” (Ediciones en huida, 2024), es un libro extremadamente innovador, original, grave, irónico, que conserva ciertos elementos comunes con su anterior libro (“Dos cuervos”, Ediciones en huida, 2017), de manera que podemos decir que consolidan no dos libros sino una poética: la infancia, la naturaleza, cierta desilusión, el análisis desde la observación, las sentencias, la tierra y sus glosarios. Al mismo tiempo tiene un trasfondo muy urbano a la vez que crítico respecto a esta sociedad que nos marea (los bares, la gente de la noche y sus puñales, la injusticia, los abusos en general) y también la mezcla de los dos (los incendios provocados por el ser humano, la sequía, la zoonosis (enfermedad infecciosa que ha pasado de un animal a humanos)). En los últimos años Eva ha completado este libro, “Orden inverso”, compuesto por, como ella dice: “Doce interrogantes” que reflejan su incapacidad de entender y nombrar el presente. Porque, ante lo indefinido, la reacción de Eva Hidalgo es la pregunta y el canto.  


viernes, 2 de febrero de 2024

Vial para situaciones de supuesta urgencia


Te lo dije una vez y contestaste que no lo tenías claro mientras cenabas un pozo para noches árticas. Te lo dije otra vez y no me contestaste. Un hombre amarillo entraba en una habitación verde y se difuminaba. No dio las gracias. Afuera dos críos jugaban a perseguir un rayo. No te lo dije más. Apoyo un codo en la barandilla y expulso un balcón. Me desplomo, por supuesto, pero antes de llegar al suelo soy una carretera. Amenaza con cruzarme un autobús y me tiembla la intermitencia. Adelante. No tengo prisa.


De Amapolamen (2023, Gato encerrado)

lunes, 15 de enero de 2024

Poesía por Palestina - Versos contra el genocidio

El próximo sábado 20, cerca de un millar de poetas se concentrarán en varias ciudades de España, así como en Latinoamérica (y más allá), con un grito en común: que se ponga fin a la barbarie en Palestina. En Córdoba ha tomado las riendas Poetas por el clima y el recital colectivo (unos 30 poetas) tendrá lugar en el Luciana Centeno a partir de las 11:30 de la mañana. 





jueves, 11 de enero de 2024

Crónica de los diez años del encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil - Entrevistas desde El Espacio Infinito


En la web del Coloquio de los Perros (again), esta vez con una Crónica del Encuentro de poesía de Puente Genil y con una serie de entrevistas realizadas desde el Espacio Infinito a Teresa Gómez y Antonio Jiménez Millán como componentes del movimiento La otra sentimentalidad, así como a Antonio Lafarque y Guillermo Busutil.



sábado, 6 de enero de 2024

Seis de cuándo

 

Los Reyes estuvieron anoche por muchos sitios

pero no por mi casa.

Es cierto que había tapiado

mi chimenea imaginaria y mis ventanas verdaderas.

A mí me da igual que no vengan los Reyes porque mis Reyes

me visitaron entre noviembre y diciembre,

mis Reyes y mi Papá Noel y mi Grinch.

 

Más que a los Reyes de enero

le tengo fe

a mi carta astral.

Los astros son muy importantes:

condicionan nuestro carácter según

no sólo el día que nacemos

sino la hora y sus minutos

y si estaban las farmacias abiertas.

Son relevantes estos datos,

así como que Marte

no falta a ningún nacimiento.

 

En el vacío

tengo una vecina anciana que ayer iba llamando

puerta por puerta con la intención de que alguien

le diera las buenas tardes

y la acompañara a ver la cabalgata

antes de que se hiciera de noche.

En su casa sí estuvieron después los Reyes,

fue ahí donde decidieron

no continuar su camino.