jueves, 28 de junio de 2012

Quince



Los insectos suelen significar algo. Las terrazas abren los párpados a la sombra. Un caballo se tumba sobre sus patas traseras y sus manchas blancas –y sólo las blancas– se contagian de bostezos. A un profesor se le ha encarado la pizarra y anuncia que la clase ha terminado. La deformación del sílex ha alcanzado el enanismo. El tiempo descuartiza a sus presas con golpes lentos, aunque firmes y primates. A una marioneta el aire le da el movimiento pero nadie la vida. Una mujer se maquilla y no logra disimular la firma de un puño grana en su mejilla, y otra vez prescinde de las emociones para ir a comprar el pan. 

De Veintiún bisontes

2 comentarios:

  1. Uy, qué bueno, Elena. Cada retazo un mundo en el poema común. Lo comparto.

    ResponderEliminar
  2. Señor Medinilla, contenta estoy de verle (también) por aquí :)

    ResponderEliminar