sábado, 21 de octubre de 2023

X Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil

El próximo fin de semana tendrá lugar la décima edición del Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil. Por ahí habrá emociones. Por aquí, el cartel y el programa.







miércoles, 18 de octubre de 2023

Militancia poética (2)

 Esta vez Militancia Poética ha puesto versos de unos cuantos poetas (ahí yo) en el andén de una vieja estación de tren abandonada. 




jueves, 12 de octubre de 2023

Y cristal

 



Con sus cuatro dedos, el agua
troquela las firmas necesarias
para que hoy también sea de cristal. 


viernes, 6 de octubre de 2023

Tritón azul de rojo aleteo

  (he estado rebuscando en el cajón de lo antiguo y me he encontrado esto) (he estado rebuscando en el cajón de lo antiguo y me he encontrado ) (he estado rebuscando )


Entrar en el agua.
Basta un mar, basta un lago, basta un río.
                                    Entrar en el agua.
Nadar y golpear con los pulmones
anzuelos de los que cuelgan besos.
Nadar a besos, golpeándolos.
Descubrirte en el enfoque de un periscopio.
Verte no respirar con tu boca azul de pálida.
Peinarte el pecho con los dientes.
Lamer en tus escamas restos de combustible.


     Sumergir        /             Introducir
     un pezón       /                la llave
         en             /                    de
   tu ombligo    /                   canto.


Despegarte los párpados y hallar minas de caviar.
Despegarte. Hallarte minado,
oh tú, mi tritón de liquen,
mi sushi con guarnición de plancton rojo.
Salir del agua.
Salir de un vaso, de un cactus, de un llover.
                                                Salir de ti
por la puerta trasera del agua.

martes, 3 de octubre de 2023

El bosque no es un árbol repetido - Félix Maraña

He estado estos días dentro de "El bosque no es un árbol repetido - sonetos y soñetos", de Félix Maraña, editado por Huerga & Fierro editores y con prólogo de Valentín Martín. Cualquier cosa que dijera sobre este libro y su autor pecaría de ser un comentario no objetivo, dado el aprecio que tengo a Félix, así que no me voy a preocupar porque lo que diga a continuación suene o no objetivo. Pero lo es. 

He sacado a Félix del libro mientras lo leía, lo he doblado y guardado en una carpeta llamada Norte, y ahí se ha quedado mientras yo leía su libro conmigo dentro. Un libro no puede quedarse sin una persona dentro (qué menos siendo un libro), y si no estaba Félix tendría que estar yo. Desde dentro he tenido que soplar para ir pasando las páginas, de una en una, y he visto a los árboles correr, y todos, todos, todos, eran diferentes. Uno era el árbol del momento en que todo pudo acabarse (y afortunadamente no se acabó), otra era el árbol de la ironía marañiana (que afortunadamente tampoco se agota), otro era el árbol del afecto repartido por tantos sonetos como soñetos, otro era el árbol de la generosidad que se entrelazaba las ramas con el anterior -el del afecto-, otro era el árbol de la playa de la Zurriola, otro era el árbol de Koro, otro el árbol de los siete brazos (que en realidad era la sombra de Félix), y hablando de sombras, otro era el árbol de Machado y, por último (y quien dice último dice primero), frondoso y espléndido se alzaba el árbol de la ternura. 

La fluidez y soltura con que Félix saca a bailar estos sonetos me desarma, me devuelve, a mi pesar, al ahora. En este libro del que salgo ahora para volver a introducir a Félix Maraña, aquí, pasa la vida.