miércoles, 15 de agosto de 2012

Hay una mujer en ese gesto


  
A María Rosa García, que actualmente no tiene huerto pero sí un chihuahua


Hay una mujer en ese gesto.
Es silenciosa como un escalón;
clara, como un estanque de lápices;
delgada, como una herida de pétalo
que se abre y se cierra las noches sin luna.

Hay una mujer tras esa verja,
al lado de la casa azul,
cuidando un huerto de azahar y corales,
escoltada por dos perros y dos dragones.

Se ha arrodillado frente a un muro de plomo,
golpea su cabeza contra él hasta traspasarlo.
Entierra un temblor,
un rosal 
y mil versos,  
con sus enormes manos pequeñas.
   
Hay una mujer en ese suspiro.
Tiene la fuerza de un volcán paciente;
tiene la paz, el calor, el aroma
del café las tardes tempranas.

Hay una mujer tras esa mujer,
diagonal esbozo de mundo.




7 comentarios:

  1. Esa mujer sobrevive en tu poema, gracias princesa

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  2. Magnífico. Sencillamente, magnífico.
    Un abrazote. Tino

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  3. Gran mujer la que describes y precioso poema para elogiarla.
    Un besico.

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  4. Unos versos dedicados muy, pero que muy especiales.
    SALUDos

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  5. Gracias por los comentarios, aunque lo tuve fácil ya que la retratada se estaba retratando a sí misma simplemente por ser. Abrazos a todos y uno muy especial a María Rosa, que sigue luchando.

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  6. Pareciera que hay una mujer que ya no espera sino que sabe...una mjer que detrás de los muros, también existe ella con la fuerza y la verdad entre sus amnos.
    Es muy bonito ese esfuerzo de lucha que se adivina.
    Un abrazo, Guaci.

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    1. Exactamente, Augusta. Ella es.
      Gracias por tus palabras terminando de pincelar este retrato, y un abrazo.

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