martes, 25 de agosto de 2015

Fruta del tiempo perdido




Porque el mundo era la fruta y yo era un insecto,
porque el aroma y la pulpa y el jugo
y las mondas y las vitaminas
llenaban mis artrópodas horas de insecto,
porque no sabía cantar ni oír canciones,
porque sólo sabía mover las antenas
poniendo muecas temporeras de insecto
y quejarme de que me hubieran pisado
rompiéndome una pata, la ósmosis, el abdomen,
con el brío que supone rehacerse confundiendo
las cuatro estaciones aun hablándoles de usted,
porque en mi afán por seguir siendo insecto
me bastaban las raíces, las cáscaras, las formas,
por eso no podía ver detrás y encima de la fruta:
la ciudad, el cielo, el mar,  el exprimidor…
no los he visto hasta que no me han vuelto a pisar
rompiéndome, esta vez, todo mi cuerpo de insecto,
y al tener que repararme entera, me he implantado
genes de insecto y también genes de sepulcro,
y pudiendo mirar y pudiendo pudrirme, miro, y me pudro.

De "Hay menú económico"

4 comentarios:

  1. Cricrí. Que como sabrás quiere decir: Me ha encantado...
    (mancantao) en mi idioma oficial.

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    1. jejejej, tengo que esmerarme más en el lenguaje-grillo, lo reconozco, gracias, besitos!!!!

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