El Espacio Infinito mide un corazón menos, se ha roto, escuece. A finales de 2023 descubrí ese espacio, surgido en paralelo a lo vivido en el Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil, en el que pude hablar con Antonio Jiménez Millán y hacerle una serie de preguntas que respondió con una amabilidad memorable. El Espacio Infinito mide una sabiduría menos y es menos real, más frío. Ahí le aguardan los libros, los espejos, la inteligencia, los puntos suspensivos sobre los que caminó de puntillas. Todavía recuerdo su hablar lento y humanísimo, su respeto por la cultura y quienes trabajan en y por ella. La poesía para él fue recreación, desahogo, inventiva –según afirmó– pero también grandeza –según constata el hueco, doloroso y escarpado, de su ausencia–. Granada, Málaga y la poesía están de luto. Buen viaje, hombre tranquilo.
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