Mas líbranos, ruiseñor, de los amables,
de la supuesta ausencia de su lado oculto.
Permítenos evocarles sin conocerles,
idealizarles tal como nos idealizamos
los unos a los otros.
Y si tropezamos con ellos algún día,
préstanos, ruiseñor, tus alas
para salir huyendo.
Jajaja!
ResponderEliminarEs semi-efectiva
ResponderEliminar¿Sólo semi? Habrá que estudiarla, pues. Sin falta.
ResponderEliminarMe troncho.
Es que si digo que es efectiva, seguro que pierde eficacia.
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