domingo, 6 de enero de 2013

Desde que el Danubio pasa por Neptuno





Desde que el Danubio pasa por Neptuno,

boquerones y sardinas frecuentan ríos de Cristasol,

en cuyo fondo dormita Merlín, ahogado,

mordiéndose su cianótica lengua.

Las hadas, sin embargo, eligen

el suelo de las piscinas para hibernar,

arropadas por banderas de la CEE.

Los arándanos bailan el blues de la Atlántida

sobre el lomo de las ballenas eléctricas.

La flor del lino

se cristaliza en

azulejos para sanitarios.

El roquefort sabe a cobalto, suave.






4 comentarios:

  1. Y los valses han sido desplazados por el susurro de la resignación,

    habrá que desviar el Danubio, hacia Orcasitas, por ejemplo.
    Abrazos.

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  2. Aceptada la resignación si es azul y (muy) efímera. Abrazos, Amando.

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  3. Impecable poesía, Elena, crisol de fantasías que no pierden el pie de la realidad.

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  4. Éste es azul, y forma parte de un minipoemario que hice sobre los colores. Tiene unos años, y en estos momentos necesitaría escribir algo así, pero no se lo digas a nadie.

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