domingo, 28 de abril de 2013

Pecas con lunares




Todo lo que rozaba lo llenaba de pecas y lunares. Intentaba recordarlo siempre, pero a veces se le olvidaba y cogía el teléfono para llamar a Tokio, debiendo desistir del intento al contagiarse las teclas, el auricular, el cable, incluso la voz de la operadora, de un sarpullido hermoso, sí, pero difícil de manejar por la carnosidad o el tumulto. No podía arrancar una flor, tocar la flauta, abrazar; aquello que acariciaba se confundía con la varicela. El día de su  fusilamiento nacieron cien jaguares. Al extender las palmas contra el muro a cuyos pies debía deteriorarse del todo, la cal se vio invadida por una flota de galaxias. Las balas no supieron dónde incrustarse, desaparecido el objetivo detrás de una tupida acumulación de pigmentos, y se invirtieron por el efecto boomerang; y por herir, ya que habían sido disparadas. Se fue a vivir a una barca y se pasaba las noches palpando el cielo.





De A Propósito de los cuerpos.

5 comentarios:

  1. Guauuu..! admiro esa libertad fantástica tuya de utilizar y entrelazar palabras construyendo un mundo mágico, especial.
    Fantástico.
    Feliz domingo, feliz semana...

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  2. Lo que no puede ser, se puede inventar :)

    Feliz día y semana también para ti!!

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  3. Crear un mundo de fantasía.
    Qué bonito, Elena!!
    Besos.

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  4. Gracias a las dos. La magia es más mágica cuando se comparte :)

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