De las legumbres
Imaginen una mujer del tamaño de las legumbres
cerca del agua,
una mujer que camine descalza
por un suelo de papel.
Con sus pasos escribe dos vidas:
la esperada
y la suya.
Imaginen una mujer huyendo del vapor,
porque le arruga tanto que cualquiera
podría comérsela.
Entiendan que esa mujer evite
entrar en este poema.
Pero sepan que existe.
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