A Nuria
Barea
Hablando
de transparencias,
Nuria,
están en tus manos,
donde
podrías vivir incluso a oscuras,
aunque
las dos sabemos
que
esto último no es posible,
porque
tus uñas tienen siempre
las
luces encendidas.
Las
flores andan, Nuria,
como
tus pequeños animales
y
tus grandes palabras, así que
cómete
este mundo, y ése, y aquél…
sólo
tienes que seguir el curso del río
y
pedirle prestados sus majestuosos dientes
trazando
un círculo imperfecto en sus aguas
a tu
paso transparentes.