Recuerdo sitios que olvidé
y recupero defectos que estaba segura
de haber corregido.
Yo no sé hablar del frío,
no soy del norte.
Hablo de la luz,
de las calles,
del canto de las aves pequeñas,
de lo que invento.
Mientras los demás celebran el nuevo año
yo siento al cadáver del que supuestamente se va
donde no nos perdamos de vista.
(Que el 20 no se parezca demasiado al 19)