"Ciudad girándose" es el título de mi última criatura, que ha visto la luz con la editorial Baile del Sol. Aquí dejo la portada y, más abajo, uno de los textos que lo integran, precisamente con el que soñé una vez y que originó el resto de las historias.
Un edificio extraño que en estos momentos pasaba por aquí
El
edificio extraño que en estos momentos pasaba por aquí, aquí se ha quedado,
pero dentro de una semana podría salir botando hacia la costa, o hacia otros
lugares de interior, o junto a una catedral aprovechando un hueco, o a los pies
de un río. El edificio no tiene un domicilio fijo, pero sí una compañera fija:
la brisa. No es demasiado alto ni demasiado grande. En todas las plantas hay
balcones y desde cualquier punto puede atisbarse la azotea de los valientes. No
se nota a simple vista que sus ladrillos son de goma. Hay veces que quisiera
tocarse los cimientos que no tiene y se dobla, y se retuerce, pero no lo
consigue. Los que presencian tamaña contorsión desde la azotea son unos
valientes. Para evitar rupturas con tanto movimiento, todos los enseres de cada
vivienda de este edificio son de plástico. Incluso la comida. Incluso los
abrazos.