En el principio fue la pereza... No me apetecía colgar nada en el blog y dejé pasar los días y las semanas hasta que volvieran las ganas. Luego fue el diseño... Me cansa este actual y las plantillas que veo por aquí tampoco me llaman excesivamente la atención. Más tarde fue blogger en sí... Que si ahora quitamos esto, luego lo otro, más tarde lo de más allá, y no te quejes que te cambiamos el número de entradas visibles cada dos por tres y porque sí y te lo descuadramos todo, blablablá, etc. Más tarde fue el tiempo... Estoy arreglando poemarios, construyendo
nuevos, y sumergida en unas cuantas historias no poéticas que me
consumen las energías y las horas. Y ahí estoy. El caso es que no voy a dejar a la deriva este barco, pero necesito recuperar el tiempo y las ganas para plantearme si cambio el diseño o si me llevo el blog a otro puerto. Volveré, hola.