Parece
ser que irme será lo mejor para todos, incluida yo misma.
Yo
no tengo pincel. Yo no tengo acuarelas. Yo no pinto nada.
Si
doy un paso, me alejo graciosamente; si doy dos, me despeño.
No
está el horno. No hay para bollos. No está el horno, ay, para bollos.
Éste es el típico verso que se podría eliminar sin problema y veremos a ver.
Año
de nieves. Año de bienes. Año del viernes que vienes.
Me
sé defender de los insultos, pero no de los halagos ni del ya no me acuerdo.
No
tengo ojos. No veo nada. Yo no tengo nada que ver.
Irme
por irme no es igual que soñar por soñar o sufrir por sufrir.
Si
me llaman voy y si me echan me voy y si no me voy porque echo llamas yo.
Dicen
que les falta sitio. Yo quepo en un sobre. ¿Sobro? Sobro.
Siempre
afirmaré que me fui porque quise; siempre, hasta que vuelva.
Que
si quieres arroz. Que tengo dos tazas. Que si quieres arroz, bossa nova.