Al animal que llevas dentro
le enseña a respirar un niño.
Abaubab te ha visto crecer
y tú no conoces su nombre.
La hierba sobre la que sueñas está
caliente.
Yo me tumbo encima y hago ruidos,
me ovillo, te huelo, me rasco las
pulgas.
A la niña que llevo dentro
la enseña a ahogarse un animal.
Abaubab no conoce mi nombre
y yo no sé si le he visto crecer.
El barro sobre el que sueño está frío.
Tú te tumbas encima y lo calientas,
te extiendes, me lames, te muerdes las
pulgas.
De Diario de un ascensor en un bloque de dos plantas con azotea