El que tenga un gran secreto
escondido
no permitirá acceder a su
casa
a quienes puedan verlo
primero
y reproducirlo después.
No le abrirá al operador con
su cámara,
al
pintor con sus pinceles,
al escultor con su cincel,
al arquitecto con sus
planos.
Sin embargo, no podrá
reconocer al escritor,
pues sólo llevará consigo
sus ojos.
Le abrirá la puerta por
voluntad propia.
No podrá cerrarla por
voluntad ajena.
Un final propio de tu cincel. Llega como un intruso al que no puedes negarle la entrada.Es encantador el extraño...
ResponderEliminarte abraza a ti, que sabes mirar
Hay una frase que leí no sé donde, que reza así: líbrate de los que saben escribir porque pueden enamorarte sin llegar a tocarte.
ResponderEliminarChapeau, Elena.
Besos.
Guarden las armas los soldados que pelean por leer a la escritor@ sin pluma.
ResponderEliminarSALUDos
...y vuelvo a ti...siempre: inexorablemente!!
ResponderEliminarEl escritor no necesita un taller (sólo una silla), ni herramientas (sólo un cuaderno o un ordenador), ni necesita reproducir nada (sólo lo inventa). No hace falta abrirle la puerta, ya está dentro.
ResponderEliminarAbrazos para los cuatro.
Las buenas puertas siempre tienen goznes insensatos, que chillan para atraernos. Un buen poeta nunca utilizará 3 en 1.
ResponderEliminarChispeante poema de lo cierto y azaroso.
Si los goznes hablaran, gritarían. Entre puertas y ventanas, me quedo con las chimeneas.
ResponderEliminarHola!
Genio y figura! Sí señora, así se escribe.
ResponderEliminartienes una manera muy especial de escribir
ResponderEliminarun placer haber dado con este blog
saludos desde argentina
Marcelo
Cirujano Especialista en cirugia de nariz
Siempre gracias, Nuria!!!
ResponderEliminarY saludos y gracias a Reducción mamaria.
Quien habita en el silencio -otra manera de nombrar al amor- evita los vanidosos comentarios en su casa, pero esta siempre está abierta de par en par. Que otros se peleen por aparentar superioridad. La verdad es la que es...
ResponderEliminarNo sé yo...
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