Ya se fue el
fuego, se fue el agua,
el ave fénix
con las gaviotas,
la impotencia
y el coraje,
se fue la
música, maldita sea,
se fueron las
cosas buenas y las peores,
se evadieron
los nudos de las cuerdas,
se fue todo el
mundo y quiero saber
qué queda
además de las sombras
con sus
rastros pegajosos,
qué queda si
lo que no se ha ido
se lo han
llevado.
Tú. Quedas tú y lo llenas todo :)
ResponderEliminarY también quedamos los que estamos al otro lado, leyendo tus cosas, disfrutando...
ResponderEliminarUn fantástico e hiriente poema que, como buen dardo, hace diana en las cenizas.
ResponderEliminarQue las constantes efes de tu poema al menos nos alejen de la fatalidad.
Si quedan sombras es signo de que una fuente luminosa existe por minúscula que sea. Un saludo
ResponderEliminarDel fuego dicen que no queda nada, pero quedan las cenizas. Hasta que llega el aire.
ResponderEliminarMe gusta el sonido de las puertas cuando entráis. Y las palabras que quedan.
Gracias!