El tiempo sólo se cura a sí mismo.
El tratamiento psiquiátrico
fortalece al psiquiatra.
Que le pregunten si se puede olvidar
al padre que sostuvo los ochenta
quilos
de su hijo muerto en la carretera;
al anciano que tenía once años
cuando la guerra entró en su casa
y acribilló a sus padres; a una
viuda;
a quien presenció un acto de
especial violencia.
Ellos seguirán escuchando ambulancias
por el resto de sus vidas,
sujetándose el corazón con los
imprevistos:
eventualidades que sí se ven capaces,
después, de borrar de su memoria.
De Destrucción
de algunos tópicos sobre lo incierto
¡Muy bueno, Elena!¡Enhorabuena!
ResponderEliminarJL Gracia Mosteo
Es un tópico decir que me gusta lo que leo.
ResponderEliminarBuen verano!!
Me has dejado sin palabras Elena. Cuánta razón en tus letras!!
ResponderEliminarBesos.
Gelen, tus versos siguen provocando reflexión y tu estilo para decirlo, universal... ¡Grande!
ResponderEliminarconmovida por estas palabras ciertas y crudas a la vez... los imprevistos, lo incierto, eso que atraviesa nuestra humanidad y hace marca...
ResponderEliminarte mando un abrazo!
Muchísimas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Hay cosas que se pueden olvidar pero, por mucho que se empeñen los refranes y psicólogos, hay algunas que nos acompañarán para el resto de nuestras vidas. Hay que vivir con eso, es lo difícil.
ResponderEliminarAbrazos, y grandes.