Nueva oleada de falsos oriundos
Regreso de alguna parte.
He debido caminar mucho, pues
no llevo zapatos
(me los comí cuando me quedé sin agua
y el resto del camino
lo tuve que hacer trepando, volando,
molestando a la nube de siempre,
ensayando con la lengua acrobacias rentables
después de limpiar una pistola cargada).
No es que tenga sueño.
Es que tengo que soñar.
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